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Aparte de la chica de que hablaste anteriormente, ¿tienes otra historia que fue fuerte y conmovedora para ti?
Todas las historias son fuertes cuando te comprometes en la escucha atenta y amorosa de personas que por algún motivo han solicitado ayuda. Recuerdo haber llamado a un anciano que estaba muy triste porque se encontraba aislado en una habitación en el geriátrico donde vivía, todos sus compañeros tenían Covid y él había dado negativo en el testeo, lo tenían encerrado hacía varios días totalmente aislado para que no se contagie. Conversamos por varios minutos, lloraba, se emocionaba. Su familia no lo veía y se comunicaban poco, necesitaba que alguien lo escuche. Tenía miedo y agradeció muchísimo el llamado.También recuerdo haber hablado con un joven que estaba privado de su libertad, habitaba en un penal de La Plata, necesitaba ayuda , se lo escuchaba muy angustiado.Otra señora que tenía a su hija bajo tratamiento oncológico hacía tres años internada aquí en Capital Federal. Ella creo que era de Bahía Blanca – una ciudad que queda a 650 kms de CABA, pero hacía mucho se había instalado en esta ciudad para acompañar a su hija adolescente en su lucha contra el cáncer. Vivía en una habitación alquilada y pasaba gran parte de sus días en el hospital junto a su hija. También estaba angustiada, muy sensibilizada, y con necesidad de ayuda, charla y contención. Son muchas las historias, son muchas las personas que sufren y son muchas las necesidades que se perciben y sienten. Y pese a que como voluntarios y voluntarias no tenemos la solución en nuestras manos , tenemos sí, la decisión, las ganas y la necesidad de ayudar, dar una mano, colaborar.
¿Crees que trabajar con Helpers te ayudó después del suicídio de Hernán?
La perdida de Hernan ha sido tan violenta y dolorosa, que aún no se cuál será la repercusión que tendrá en mí con los años, lo que sí sé, es que fue un antes y un después. He vivido muchas perdidas en mi vida pero el suicidio de Hernán impactó de una manera diferente. Quizá por la naturaleza de su muerte, quizá porque teníamos casi la misma edad, quizá por lo que significó él en mi vida, y digo que ha sido diferente porque por primera vez siento que un dolor tan grande pudo ser resignificado y hacerce acción en algo positivo, ayudar.Siempre pienso que cuando uno pierde a alguien tan querido, una parte de uno mismo se pierde también. Con Hernán se han ido los recuerdos de los años más felices que he vivido, y sin embargo yo aún sigo con vida y lo que me reste de vida, la voy a honrar con fuerza. Ser parte de un voluntariado, es para mí entre otras cosas, una forma de honrar la vida.
¿Para ti, cómo se puede definir la felicidad? ¿Cómo el ser voluntaria te ayuda a lograrla?
Hace años que vengo persiguiendo con mucho trabajo interior lo que denomino Coherencia interna, y es lo que defino como la relación que existe entre lo que imagino, sueño y pienso, lo que siento y anhelo, lo que digo y pronuncio y finalmente lo que hago. Pensar, sentir, decir y hacer en comunión. No es una tarea sencilla, el ser humano está repleto de contradicciones y recorrer la construcción de esta coherencia de la que hablo es arduo. Sin embargo creo que es una de las muchas formas que existen de alcanzar la felicidad. Existen muchas definiciones de felicidad, dependiendo de quien escriba , de su formación académica y su propia vida. Siempre ha sido una palabra que me ha invitado a reflexionar. Hoy, a mis 36 años, creo poder esbozar un ensayo de lo que es para mí en parte, la felicidad. Pensar que como humanidad nos merecemos un mundo más amoroso y menos hostil, sentir que somos capaces de construirlo, pronunciarnos a favor de una comunidad más cooperativa, solidaria y menos desigual y finalmente hacer algo desde la acción para que eso suceda desde el pequeñísimo lugar que nos toque habitar. Eso es en parte para mí felicidad. Y por allí decidí andar.
Hoy sigo trabajando en Helpers como operadora realizando llamados telefónicos y he comenzado a formar parte del equipo Alianzas, oficiando cual puente entre las instituciones capacitadoras en primeros auxilios y maniobras de RCP y Helpers, para que cada vez, más personas se sumen a la red de ayuda dentro de la aplicación como Helpers capacitados.
Si se le pregunta, ¿cuál sería su consejo para alguien que ha perdido a un ser querido?
Invitarlos a que luego de que el tiempo calme el dolor intenso de sus corazones piensen lo siguiente. El valor de la vida es inconmensurable, es lo más maravilloso y frágil, lo más sublime y delicado, y en general no lo pensamos. Por eso necesitamos que la muerte del ser amado nos invite a pensar en ello y a repensar cuál es el valor y el sentido que le damos a nuestra propia vida, cómo hacer que valga la pena ser vivida. Que tenga sentido, que tenga color, que deje a este mundo algo mejor. Descentrarse, sacar la mirada y la atención de uno mismo para ponerla al servicio de alguien más es en general, la mejor medicina. El ser amado nos acompañará siempre de alguna u otra manera y nos dará fuerza para dar fuerzas a su vez a quien pueda estar sufriendo también. Así funciona cuando uno decide ayudar, es porque ha decidido antes, comenzar a sanar.
Por la primera parte de la historia de Emiliana, por favor haga clic aquí.